6/26/2014

Chismes de la Cafetera- Testigo Principal de la Bazofia Laboral



(Algunos lo toman con leche, otros puya y amargo; pero todos se conglomeran a su alrededor para disfrutar de ese elixir que libera inhibiciones y suelta lenguas. Desconociendo que en otra dimensión paralela…la cafetera habla. ¡Ay mamá!)

 http://openclipart.org/image/300px/svg_to_png/557/johnny_automatic_morning_cup.png

Y dale con el culo al seto. Señor dame paciencia. Ya la veo mirarme con desdén mientras se escurre a mi izquierda para meter unos “hambergers” de cajita en el microondas. De esos mismos que vienen en una paquetito ya con el pan y queso. Es que no importa cuánto me esmere siempre me desprecia. No pierde la oportunidad para decir lo mucho que me odia. Yo trato de hacerme de diferentes formas para ver si le agrado. He sido robusta, arábica y hasta libérica. Pero nada de nada. Trato de no tomarlo personal ya que la lista de las cosas que no le gustan es más larga que una fila de puertorros esperando a que abran un nuevo dunkin donuts. Pero está difícil bregar con la doña y mucho más a esta hora en la mañana. 

Tiene el síndrome de empleada pública con más de 15 años de servicio. Ese que las hace andar siempre  arresmillá como si la vida misma les apestara y que hace que todo lo que salga de su boca sea o una queja o una protesta.  Me pregunto si cuando empezó era una chulería en pote, la cosa más mona de la oficina y el bregar con tanta batata y politiquería la convirtió en un ogro. Yo creo que la politiquería para la gente es como la sortija para Gollum- “my precious”. Menos mal que mi expectativa de vida es de 4 años como mucho, después de eso me cambian por un nuevo modelo. Porque prefiero morir con el coladero lleno y en el fondo de un zafacón que terminar como una expresión permanente de haberme chupado un limón. 

La doña es un enigma. Cualquiera que la escuche hablar pensaría que es anoréxica y pesa 100 libras. ¡Pero si la contralla es un pichoncito de orangután! Eso si los pichoncitos de orangután pesaran 300 libras o más. Y no me tomen a mal, mis degustadores favoritos, así me gusta llamarlos para eso de sentirme fina, muestran sus rollitos con gusto y orgullo. Pero tener que escucharla día tras día criticando lo que los demás se comen con su “ewww”, “awww” hace que el café se me hierva y ya le queme la lengua a cualquier inocente. ¿No me creen? Pues aquí les dejo una lista de los últimos comentarios: 

-          “¡Hay foooo!, ¿qué es eso? Huevos que asco. Yo nunca he comido huevos, ni de pequeña.” (Really, estas preguntando qué es eso, como si nunca hubieras visto un maldito huevo en tu vida. Por qué huevos no es lo que la mayoría de la gente come de desayuno. Yisus) 



-           “Ewww ¿qué es ese olor? Pollo me imagino. A mí no me gusta el pollo. No lo soporto”. (A mí se me subió un buche cuando vi la salchicha italiana y paquete de popcorn que te estabas comiendo de desayuno, pero no te dije nada por que yo tengo algo que tú no tienes- modales.)

-          “Yo no como arroz y mucho menos habichuelas. No me gusta cómo se ven, parecen una mezcla para comida de perros.” (Estoy casi segura que una latita de Pedigree te caería mejor que esa mogolla que te estas comiendo. Pero allá Juana con sus pollos.)

Aquí les dejo la descarga de tu cafetera de percolador favorita: Doña, deje de ser tan “tiquismiquis”. No está engañando a nadie. Aparentemente no come mucho, pero lo poco que come lo come mucho. Así que pare la zanganería. Yo sé que aquí muchos no aprueban lo que te metes en la gandulera todos los días pero no lo dicen porque aunque a usted le cueste trabajo entender existe algo que se llama el respeto.  Así que comed y deje comer.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario