En esa búsqueda constante de identidad el ser
humano tiende a sobre-simplificar lo que le rodea, lo que se es y lo que deja
de ser. Lo encasilla todo en listas con marcas de cotejo. Les es más fácil
vivir en un mundo de etiquetas donde se deja de ser una persona para
convertirse en la casada, la soltera, la jamona, la fea, la bonita, la flaca,
la gorda, check, check, check, check.
Con este mismo afán se define lo que es ser
mujer, tanto así que esta mañana desperté sin saber lo que soy. Por muchos años
el ideal de mujer se ha definido como esa damisela alta, esbelta, de busto
grande y con una cintura de avispa- lo que le llaman en la isla un “mujerón”. Lamentablemente yo no di el grado para eso
pues mi delgadez no fue lo suficiente como para compensar por mis 34B y 5’4” de estatura y luego de intentos fallidos de
rellenarme el sostén y usar tacones altos me resigne a la realidad de no
encajar en esa idea, de no ser un “mujerón”.
Mujer Real |
¿Mujer Fantasma? |
Pero la situación ha empeorado y luego de años
de resignación ahora me han cambiado el juego. En un esfuerzo de eliminar ese
estándar ridículo hace un tiempo comenzó
una campaña diciendo que las mujeres verdaderas tenían curvas. Una vez más me
chupó la bruja. Antes no era un mujerón y ahora ni siquiera soy real. ¿Seré un
fantasma? ¿Producto de la imaginación? Por todos lados se escuchaba el eslogan de
“real women have curves” y hasta salió una película con el mismo título
mientras yo me escondía por las esquinas preguntándome que coños era (mi pasión por la exageración). La portada de ELLE en español que por
tantos años nos metía por ojos y nariz ese ideal de la mujer delgada ahora nos
mostraba a Tara Lynn (que debo decir es un ángel caído del cielo) diciendo que ella era la verdadera mujer real.
Olvídense de todas esas que salieron en las portadas anteriores, esas eran de
embuste. Claro, esto lo dice la revista que no pone a una sola mujer en su portada,
sea gorda o flaca, sin hacerle una buena dosis de Photoshop.
Aunque entiendo que la campaña intentaba romper con ese ideal que ha causado trastornos de la
conducta alimentaria, baja autoestima y otros problemas creo que se fueron por
la tangente. El tratar de celebrar a unas mientras se pisotean a otras no
funciona. Es ridículo que se intente deshacer un ideal de belleza
reemplazándolo con otro.
Pero la cosa se me complica aún más. Ya cuando
me acostumbraba a la idea de estar en ese ese espacio donde no era ni una cosa
ni la otra a alguien le dio con decir que las mujeres reales eran fuertes. De
comienzo cuando lo escuche me emocioné y pensé que habían dado en el clavo.
Finalmente se apreciaba a la mujer como un ser fuerte, segura de sí misma, trabajadora. No te imaginas mi decepción
cuando vi que todo no era nada más que una maraña, más de la misma mierda. Ahora
el nuevo eslogan de “strong is the new skinny” se ve en todos lados y la fiebre del crossfit
y las carreras en el lodo lo ha puesto en todo su auge.
Kati Luoto |
Aunque parece una
inocente propaganda abogando por estilos de vida saludables las fotos que lo
acompañan delatan su real intención. Mujeres esbeltas, con pechos grandes,
abdominales marcados y cinturitas de avispa adornan la propaganda. ¿Les suena
conocido? Claro, de hecho si no fuera por el embarre de glicerina y definición
muscular esas chicas “fuertes” no se verían muy diferentes a las delgadas que intentan
reemplazar. La campaña está concentrada en obtener un tipo de cuerpo específico
y no necesariamente en ser más saludable. Si en realidad están abogando por
mujeres fuertes, ¿por qué no ponen una fotos de Kati Luoto la ganadora de United
Strongmen Women’s World Championship?, ¿por qué no le dan publicidad a la ya existente iniciativa Strong Women, un programa de ejercicio y
nutrición para mujeres de edad mediana y avanzada? Me imagino que que esas mujeres no les encajaban en el molde.
Programa Strong Women |
No traten de pasar gato por liebre. La campaña
no es más que una excusa barata para tratar de vender ese constructo que ha creado la sociedad sobre
lo que es una mujer ideal. Las fotos que acompañan no son más que una polarización
de lo que significa ser fuerte. Que cosas, antes el ser mujer equivalía a ser
esbelta y ahora el ser fuerte equivale lo mismo. Existen mujeres fuertes de
todos los tamaños, colores y sabores (no sé de lo de sabores pero me imagino
pueden ver mi punto). Acaso no ven que una vez más se trata de definir el valor
de una mujer por su apariencia física donde la mujeres se convierten en objetos
y no sujetos; objetos que desean moldear a lo que les llena el ojo.
Yo propongo una nueva campaña con un eslogan que
diga “Las Mujeres Reales Tienen Vagina… y hasta eso es discutible”. Las mujeres somos mucho más que nuestra
apariencia física y nuestra belleza no recae solamente en ese caparazón que nos
cubre. La belleza viene en diferentes tamaños, formas, colores, en mentes
brillantes, risas, manos que nos cuidan… En fin, es tanto lo que es bello que es
imposible limitarlo a un solo concepto. Luego de tantos años de complejos innecesarios yo he decidido ser todo lo que me dé la
gana de ser; algunos días fuerte, otros débil, a veces me miro delgada y otras
me pincho los chichos, pero al final del día de algo estoy muy segura- Yo Soy Toda
Una Mujer.
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